Demostrar Que Sí Puedo

Siempre me ha gustado ver esas series de Netflix que se tratan de concursos de cocinar y que cada programa van eliminando a uno. En la semana terminaba otro de ellos y volvía darme cuenta, cada que un concursante perdía y era eliminado, en su speech de despedida, y casi la mayoría hacían lo mismo con frases como: “Vine a demostrarme que soy capaz”, “Me da gusto ver que personalidades reconocen mi trabajo”, y más frases por el estilo y vuelvo a pensar lo que he pensado durante mucho tiempo “en verdad necesitabas ir a un lugar para darte cuenta de lo eres capaz? En verdad te interesa tanto que ciertas personas reconozcan lo que eres y te digan que tienes un gran futuro? Digo, porque por su parte los jueces a todos les dicen los mimos, “estoy seguro que tienes un gran potencial y que esto no es el final, si no solo el inicio de una gran carrera” y el expulsado se iba convencido de que así será, aunque después de 2 años abandone y se dedique a otra cosa. Porque muchas veces eso es lo qué pasa, buscamos la aprobación de la gente, nos dicen que tenemos un gran futuro y que bla bla bla pero la realidad es que seguimos igual, no ganamos mucho más dinero, no logramos grandes avances en nuestra carrera y simple y sencillamente todo sigue igual, solamente con el ego inflado y pasan los años y asi nos quedamos.

Parecería algo trivial, y como me dice un buen amigo, todos queremos el reconocimiento al final de cuentas y.. mmmm si pero no. O sea, claro que se siente bien que te digan que lo hiciste bien, claro que a todos nos gustan que nos den las gracias por las cosas que hacemos, por su puesto qué hay una sensación buena, casi casi una reacción en nuestro cuerpo cuando alguien alaba lo que hacemos peeeero, de eso a que “voy a hacer tal cosa para demostrarme que puedo o voy a buscar que tales personas me digan si soy bueno no no” ya se me hace un extremo. ¿En serio no sabemos de lo que somos capaces de hacer? ¿En verdad nuestro nivel de capacidad depende de que nos lo reconozcan? Insisto, a lo mejor pensarán que exagerado pero es que sin darse cuenta así vive la mayoría, pensando que le tiene que demostrar a sus padres, a sus amigos, a su comunicadad, y lo más triste, a ellos mismos, de que son valiosos y de que son capaces de hacer grandes cosas. Y lo entiendo a veces como una motivación diaria, ese deseo se superarse, de ser mejor cada día, pero insisto, solo se queda en el papel porque creo que este tipo de actitudes y de pensamiento hacen más daño que beneficio.

A lo mejor son los traumas que acarreamos desde niños, que dependendiendo la calificación que sacábamos en un examen nos decían que tan capaces éramos y nos comparaban con el resto del grupo, también ese buena calificación que nos daban por 1 solo examen ponía contentos o enojados a nuestros padres y recibíamos premios o castigos por los mismos. Y ahora que lo digo en voz alta tal parece que así es, toda nuestra vida nos han calificado, ya sea con un número en un papel, con un sueldo o con cualquier cosa. Lo peor, es que como siempre pasa, nos la creímos, y muchas veces veces el que sacaba puro 10, ahorita no entiende porque no puede tener el mismo trabajo tan bien remunerado como el supuesto burro que siempre reprobaba. El matado de la clase no concibe como es que el ignorante deportista puede ganar tanto dinero. Y es que claro, se le hace raro, porque así fue medido toda su vida, y porque sus maestros, padres y todo el que lo rodeaba le dijo lo mismo que dicen actualmente esos jueces a personas ya mayores, “con esas calificaciones tienes un gran futuro asegurado, ya te veo de director de empresas o creando algo fantástico” y pues no, eso jamás llega.

Y no sé si también estamos aplicando esa misma medida ahora con nuestros hijos. Y no se malentienda que ahora hay que criar puros hijos que reprueben, pero después de ver tanto ejemplo en la vida diaria, con nosotros mismos y con conocidos, creo que deberíamos de relajarnos un mucho en el tema de las calificaciones por ejemplo y preocuparnos por cosas que realmente ya nos deberíamos de haber dado cuenta que son las más importantes, como por ejemplo que se encuentre satisfacción en las cosas que se hacen diariamente, que se hagan con dedicación real y se les tome un cariño, que haya un compromiso más allá de la medición con una calificación, que el sueño futuro no sea ”hacer grandes cosas” si no vivir en plenitud, porque normalmente hasta los grandes triunfadores en los negocios lo lograron por perseguir una pasión y no una necesidad.

Eso es practicar con los hijos, pero creo que lo más difíciles es desprogramarnos a nosotros mismos, en primera porque muchos siguen pensando que si no demuestras a diario de lo que eres capaz entonces no sirves, que si no tienes metas a corto, mediana y largo plazo entonces eres un fracasado, que si no estás lleno de trabajo y ocupado todo el día entonces eres un flojo, que si no te hablas al espejo todo los días con voz motivadora y te repites a ti mismo lo grande que eres entonces no vales nada. Nos sigue preocupando demasiado lo que piensan de nosotros y esto nos hace creer que tenemos que demostrar al mundo que sí podemos y de lo que somos capaces. Estamos acostumbrados, sin darnos cuenta, a vivir para otros, primero fue para nuestros padres, para los maestros, después fue para encontrar pareja y ahora para el trabajo, las amistades y nuestro entorno. Espero al menos que lo hagas diariamente realmente te llene y no sea solo para demostrar que sí puedes,
Ahí te dejo esto, por si te sirve.

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