Todos Somos P.

De todos es sabido la situación por la que atraviesa un amigo o conocido de nosotros, una situación que ha conmovido a todos los que lo conocemos y lo estimamos y que se reduce a que en un problema de tráfico, en un momento de desesperación, de adrenalina, se dio un golpe y tuvo consecuencias fatales para el que lo recibió y ahora otra situación igual de horrible para él. No voy a hablar del tema ni mucho menos pero me parece muy prudente tomar ese ejemplo y yo mismo decir, todos somos él, o al menos en potencia.

Ayer comentaba con mi esposa y le decía, a lo mejor yo merecería estar en su lugar o merecí estar en su lugar muchas veces porque a lo mejor hice o dije cosas peores en un arranque de ira o de defensa, sí que no terminaron en algo fatal pero que pudieron terminar así. No lo se la verdad. Lo que sí se es que ese incidente pasa a diario entre nosotros, a lo mejor no con las mismas consecuencias físicas pero sí en cuanto a dónde se origina.

¿Cuántas veces has deseado hacerle algo a alguien y solo te has detenido porque ese acto puede tener repercusiones serias para ti? Es más, en nuestro país, ¿cuántas muertes habría al día si no fuera un delito matar? ¿Cuántas discusiones familiares, de tránsito, de trabajo, ya hubieran terminado en alguna muerte si no fuera porque te corren o está penado? Pero el deseo lo has tenido dentro, pero el impulso te ha pasado por la cabeza.

¿Muy drástico? Ok, entonces dime, en una discusión con tu pareja ¿cuántas veces has dicho algo solo para lastimarlo o porque sabes que eso le duele? ¿Cuántas veces has dicho o hecho algo nada mas para fregar a alguien porque estás perdiendo una discusión? Esa, esa es la misma reacción cegada por coraje, desesperación, enojo o cualquier otro impulso, es un momento de ceguera que nos lleva, en segundos, a recurrir a lo más primitivo y más bajo que tenemos como seres humanos, y encontramos la forma de, aparentemente defendernos, cuando realmente nos estamos vengando y estamos atacando.

“Es un impulso”, “es una reacción”, podemos decir y podemos defendernos y sí, es cierto, eso es, PERO, ¿por qué nunca nos esforzamos por tratar de tener un poco de dominio propio? ¿Por qué vamos por la vida casi casi diciendo “así soy” con nuestra forma de actuar, aun cuando sabemos que no es correcto y qué hay cosas que debemos de mejorar?. ¿Por qué no nos proponemos conscientemente el ir cambiando esos impulsos? Por ejemplo, cuando Nos dice o pide algo nuestra pareja que no nos parece por qué en lugar de tener la reacción inmediata de palabra, mueca o seña, por qué no hacemos una pausa, pensamos, y entonces sí reaccionamos de la mejor forma? A veces nos convertimos en eso que tanto odiamos, nos encanta decir que no queremos ser igual que nuestros padres en tal o cual situación pero a la hora de la hora acabamos haciendo o respondiendo de la misma forma, si no nos esforzamos diariamente para no actuar igual que ellos, lo normal o lo natural es que acabemos repitiendo sus mismos patrones.
Sí, claro que es una flojera porque es un trabajo diario, de a cada rato, el tratar o empezar a modificar las actitudes, gestos, muecas, y todo lo que estamos acostumbrados a hacer casi casi inconscientemente, pero cuando tomamos conciencia de las cosas que no son correctas sí podemos empezar a identificarlas y empezar a cambiar esa primera reacción, ese primer instinto y después de tanto repetirla que ahora se vuelva nuestra nueva forma de responder hacia esa situación.
Es cierto, somos impulsivos pero sobre todas las cosas somos seres racionales, o sea, para que me entiendas, animales no somos y aun estos aprenden a controlar esos instintos o impulsos primitivos.

Ahora bien, esto se cruza con algún otro tema que ya he tratado antes y llegará un momento en el que puedas decir: “¿y por qué yo soy el único que tiene que controlar esos impulsos y no los demás?” Y entonces yo te responderé, a ti que te importa, lo que necesitamos es que cada quien tome conciencia y acciones sobre sus propias formas de comportarse sin importar si el de al lado o el de enfrente lo cambia o no. Porque si piensas qué haciendo esto tú, los que están a tu alrededor van a cambiar o van a intentar hacer lo mismo, te tengo una mala noticia, no, no lo van a hacer es más, no dudo que se aprovechen de que tu lo estás haciendo para ellos seguir exactamente igual y el día que no lo hagas y explotes o vuelvas a decir o a reaccionar de mala manera serán los primeros en restregarlo en tu cara con frases como “no que ya habías cambiado?” “No que muy pacífico y cuidas tus reacciones?” Porque la realidad es que a nadie le interesa cambiar, a nadie le interesa hacerte sentir bien, lo dicen, lo pregonan, pero cuando llega el momento de practicarlo es mentira porque siempre escogen el decirte algo que lastime a detenerse. A veces pienso si esa gente no se cansa de que uno les diga “sabes qué?, sí, tienes razón” pero no, no se cansan jajajaja. Así que el que tiene que cambiar las cosas eres tu, el que está preocupado por su crecimiento eres tu, el que está amando con todo lo que tiene a los que los rodea debes de ser tu.

O también puedes elegir ser igual que los demás
Aqui te dejo esto… por si te sirve

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